Crónicas de Japón: Muneyasu, Herrero de Katanas

Este es el primer post de la serie titulada Crónicas de Japón, dedicada a la fascinante cultura japonesa y a alguna de las interesantes tradiciones que tuve el placer de fotografiar, durante mi reciente viaje al pais nipón.

Una de las disciplinas que permanece viva y goza de un profundo respeto, despertando el interés de muchos occidentales, es el arte de la forja de espadas japonesas. Esto es posible, entre otros factores, gracias al trabajo y esfuerzo de jóvenes como Muneyasu – retratado en las fotos que ilustran este artículo -, quien es parte de la nueva generación de artesanos de este laborioso proceso, desarrollado en Japón para la creación de armas tradicionales.

Todo comienza con el Tamahagane, el material crudo utilizado en el proceso, al que se dota de una forma aplanada y se transforma en un complicado y preciso proceso. Esta secuencia creativa, que incluye martillado, doblado, pulido y cambios de forma, a temperaturas que llegan a los 1300ºC, requiere de un profundo entendimiento de los materiales y un exacto tratamiento del calor, de forma que pueda ser posible el nacimiento de la preciada nihonto (Espada japonesa).

Tuve el honor de conocer a Muneyasu, y verle en acción en su estudio de Saitama, gracias a la valiosa ayuda de Paul Martin, uno de los mayores especialistas en la espada japonesa y, por encima de todo, un amable y educado ser humano. Si estás interesado en conocer más acerca de esta tradición, te recomiendo la visita a su página web o su sitio en Facebook, donde existe mucha información al respecto.

Crónicas de Japón: Muneyasu, Herrero de Katanas
(Ver Crónicas de Japón: Sumo Keiko)
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© Nano Calvo